Las fases del duelo de una ruptura de pareja son distintas de las etapas del duelo por fallecimiento.También es importante tener en cuenta que influyen las características de cada persona que pasa por una ruptura, así como afecta la forma en cómo se den los hechos y en qué circunstancias. Para entender las 9 fases del duelo de una ruptura de pareja, es necesario comprender que no existen emociones negativas, ya que todas tienen una función vital en el proceso del duelo de una ruptura.
En el siguiente artículo se explica qué es un duelo de una ruptura de pareja, qué fases comprende y algunos consejos para poder sobrellevar este proceso.
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Toggle¿Cuánto dura un duelo amoroso?
El duelo de una ruptura de pareja es un proceso en el que la persona está construyendo una nueva realidad en base a una pérdida, en este caso, la pareja. El duelo no siempre se debe a una muerte, pueden haber otras causas, como cambiar de etapa en la vida (la pérdida de la juventud), perder el trabajo o incluso perder una amistad.
Así pues, centrándonos en el duelo de una ruptura de pareja, debemos tener en cuenta que cada persona tiene unos tiempos, los cuales deben respetarse. Superar una ruptura de pareja es difícil, pero a cada persona le resulta este proceso complejo por un motivo distinto, es por esto que es posible que hayan personas que se salten etapas del duelo y otras que permanezcan más tiempo de lo esperado en otras.
Aún así, en un duelo de una ruptura de pareja es importante tener en cuenta que no solo se debe de aceptar la pérdida de esa persona, con el rol de pareja sentimental, sino que también se dejan de lado al mismo tiempo y en el mismo proceso proyectos de vida, ya sean individuales o en conjunto con esa persona. Lo importante no es pasar cuanto antes por estas fases, sino saber gestionarlo lo mejor posible mientras pasa el duelo.
El tiempo que dura de promedio un duelo por fallecimiento es alrededor de dos años, sin que sea considerado duelo patológico, mientras que un duelo por ruptura de pareja oscila entre los pocos meses y el año. Esto se debe a que es común que algunas fechas especiales, como aniversarios o cumpleaños se hagan más difíciles. Al pasar por estos «baches», todos ellos parte del proceso, empiezas a sentirte mejor de ahí en adelante.
Fases del duelo amoroso
Existen 9 fases del duelo amoroso, hasta que aceptamos la pérdida de nuestra pareja, aunque es un proceso individual y puede variar dependiendo de las siguientes circunstancias:
- El motivo de ruptura (no es lo mismo finalizar una relación por infidelidad que por que ya no haya ilusión en la pareja).
- Si finalizas tú la relación o es la otra persona quien decide acabar con la relación de pareja.
- Cómo acaba la relación (si se dan explicaciones o existen incógnitas).
- Cómo afecta al resto de ámbitos en vuestras vidas (familia, amigos, etc.)
- Características de la relación (si existía convicencia, hijos, actividades en común).
- Tu situación personal (edad, situación económica, tener hijos, etc.)
En la siguiente ilustración se pueden ver las 9 fases del duelo de una ruptura de pareja:

1. Negación, incredulidad
La primera fase es la de negación, se corresponde con el momento en el que se sabe que la relación ha acabado, y puede durar de días a semanas. Se relaciona con la activación del mecanismo de defensa de no hacer frente a lo que está pasando en nuestra vida sentimental.
2. Insensibilidad
Después, tiene lugar la etapa de la insensibilidad, momento en el que la persona que atraviesa el duelo se bloquea emocionalmente, deja de experimentar de la misma forma las emociones, ya sea la alegría, el enfado o la tristeza, le cuesta conectar consigo misma y con su alrededor.
3. Tristeza
Más tarde, llega la tristeza, superando así el shock inicial de la noticia y el bloqueo emocional. Algunas personas la evitan, ya sea por hijos, amigos, familiares, o por ellos mismos. Lo cierto es que es una emoción necesaria para todo proceso de duelo. Llorar es como peinarse, es una forma de desenredar el alma, y es necesaria en nuestras vidas.
4. Miedo, angustia, culpa
Seguida de la tristeza, aparece el miedo, la angustia y la culpa. Es común que tras un periodo de varias semanas de tristeza, aparezca la rabia y el rencor, acompañadas de nuevas preguntas acerca de la ruptura y del futuro que está por venir. Esto se debe a la ansiedad que le ocasiona a muchas personas la incertidumbre, cosa que aumenta cuando existía una rutina establecida con esa persona que con la que ya no compartimos vida. ¿Podré hacerlo sola/o? ¿Me voy a quedar sola/o? ¿Seguiré yendo a esta actividad?
5. Ira (venganza)
Después de esta ansiedad y miedo llega, generalmente, la ira. Esta fase se caracteriza por un continuo sin fin de «por qués». Estas preguntas no suelen tener respuesta, lo que genera más ansiedad. Esta fase es más común en personas que no han tomado la decisión de dejar la relación de pareja. A veces, surge la necesidad de castigar de alguna forma o vengarse de la ex-pareja por el daño que está sufriendo y por la sensación de abandono que ha causado. Las personas no suelen acudir en esta fase a terapia, aunque es una etapa «peligrosa», ya que es fácil quedarse en este bucle sin avanzar en el proceso de pérdida.
6. Sensación de descontrol
Ahora llega el descontrol, a veces esta fase se solapa con la tristeza. Es común que la rabia lleve a generar nuevos ánimos para decidir rehacer la vida, arreglarse, salir, hacer deporte, buscar alternativas a algunos hobbies, o retomar algunas actividades que pensaba que no iba a volver a hacer. Es una etapa agridulce, temporal, donde se recuerda a esa persona con tristeza, pero también aumenta la autoestima, ya que se había visto en juego por esa ruptura. En resumen, vuelve la ilusión, a veces con relaciones de transición o bien con pequeños deseos personales que hacen que la autoestima vaya subiendo de nivel.
7. Nostalgia
Tras pasar por todo lo anterior, es el momento de la nostalgia. Se ha experimentado ese «tonteo, ilusión» y no se añora a la anterior pareja, sino a la vida en pareja. Aquí apetece más quedarse en casa, practicar el auto-cuidado de una forma más tranquila e íntima, suele apetecer más estar sola/o, implica bajar de intensidad.
8. Serenidad, necesidad de estar mejor
Seguido de esto, la serenidad reina, y aunque hay momentos donde se le da vueltas a todo, también se vuelven a retomar amistades, contactos sociales. Se buscar pasar página e incluso hacer cambios en la vida, como cambios de look, de decoración en casa, de planes, etc.
9. Aceptación
Por último, se acepta todo el proceso, y con este, la ruptura. Es la fase donde se asientan las emociones, se tienen en cuenta los pensamientos y se toman decisiones encaminadas a seguir adelante, con un ánimo estable y sensaciones positivas. Muchos pacientes lo definen como «liberación», ya no tienen más preguntas sin respuesta, y si las tienen ya les da igual la respuesta, con lo cual, la ansiedad desaparece, y por fin te das cuenta de todo el crecimiento personal que has tenido e incluso hay personas que agradecen el proceso tan agridulce.
Consejos para afrontar el duelo de una ruptura de pareja
Estas son algunas de las pautas más recomendadas en terapia para poder hacer frente al proceso del duelo de una ruptura de pareja:
- Contacto 0: no saber de tu ex, no tener contacto con es personita, no seguirle en redes, no preguntar a amigos en común sobre nuestra ex-pareja, es vital. Es necesario pasar de la fase inicial de incredulidad y hacerse a la idea de que ya no estamos con esa persona. Aún así, si existe algún motivo por el que tengamos que tener contacto con él/ella, ya sea por hijos, o propiedades en común, intentaremos que sea el mínimo contacto posible.
- Priorizamos el duelo a la amistad: aunque la relación no haya terminado con un final trágico, y se quiera mantener el contacto y formar de esta relación una amistad, se necesita un periodo de adaptación, en el que se debe de priorizar lo personal, la soledad, el saber estar sin esa persona, para después con el tiempo poder retomar relación y pasar a formar esta amistad que se deseaba.
- Resolver lo estrictamente necesario, posponer cuando se tenga fuerzas el resto: sea cual sea la situación, no es totalmente necesario firmar un documento importante cuando se está aturdido ni tampoco devolverle objetos personales en tiempo récord. Aunque es verdad que dejar las cosas claras ayuda a asimilar la pérdida, puede ser contraproducente querer acelerar este tipo de cosas que se quedan por atar. Date tiempo, priorízate y ves con calma con aquellas cosas que sabes que te van a ocasionar malestar, asegúrate de que estás tomando una buena decisión en cualquier caso.
Este artículo explica las 9 fases del duelo de una ruptura de pareja, y algunos consejos para lidiar con nuestros sentimientos y pensamientos en este proceso. Como hemos visto anteriormente, el duelo por fallecimiento es diferente, aunque ambas impliquen una pérdida.