A lo largo de nuestra vida, las personas establecemos relaciones en las que se pueden ver implicadas el apego y/o el amor. Es usual que nos preguntemos la diferencia entre apego y amor, una relación de amistad, de pareja o familiar en la que exista un vínculo de apego de una en la que predomine el amor existente hacia la otra persona o hacia a la propia relación.
A continuación, se explica con detalle y mediante ejemplos las diferencias y semejanzas que existen entre estos dos conceptos, a través del siguiente índice:
Tabla de contenidos
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- Definición de los términos apego y amor
- Tipos de apego y tipos de amor:
- Contraste de las características del apego y del amor
- Cómo cultivar el amor saludable y reducir el apego dañino
Definición de los términos apego y amor
El apego hace referencia al vínculo, es decir, es la conexión que establecemos con una persona. De hecho, el apego es exclusivo de los mamíferos, ya que lo podríamos ubicar en la parte subcortical de nuestro cerebro (parte vinculada a las emociones).
Es necesario mencionar, que el apego se establece desde el vientre materno, en consecuencia, ese apego establecido, con nuestro principal cuidador, es el que condiciona el tipo de apego que desarrollaremos en nuestras futuras relaciones, el cual no quiere decir que sea inmodificable.
Por otro lado, el concepto de “amor” se define como un sentimiento universal, el cual está sujeto al entendimiento del contexto cultural en el que se vivencie, ya que cada contexto social percibe y condiciona el significado del amor de una forma en particular.
Aún así, independientemente de la cultura en la que se interprete el término “amor”, éste siempre recrea una forma de poder, tiene una importante influencia en la vida de las personas, ya sea en su vertiente destructiva o desde una posición positiva, porque el amor también conduce al crecimiento personal y relacional.
«El amor genuino debería estar fundado en el reconocimiento recíproco de dos libertades”.
Simone de Beauvoir
Tipos de apego y tipos de amor:
Para comprender los diferentes tipos de apego, en la siguiente ilustración se diferencia entre el apego seguro, y el inseguro (evitativo, ansioso- ambivalente y desorganizado):
Apego seguro
En primer lugar, el apego seguro otorga la autonomía y protección necesaria para que la persona se desarrolle de la forma más funcional, sabiendo que la persona con la que comparto ese vínculo puede proporcionarme la manzana si lo necesito, ya que está disponible para mí.
Apego evitativo
En segundo lugar, el apego evitativo se crea a raíz de minimizar o ignorar las necesidades de la persona, es por esto que en su adultez las personas con apego evitativo niegan sus emociones y no muestran sus necesidades, ya que sí han tenido la figura de apego presente pero no disponible cuando lo necesitaban.
Apego ansioso- ambivalente
En cuanto al apego ansioso- ambivalente, cuando han necesitado una manzana, les han dado un manzano entero, es decir, han tenido padres sobreprotectores, lo que les caracteriza como personas ansiosas y más controladoras.
Apego desorganizado
Por último, el apego desorganizado, es el que ha forjado un vínculo sin apenas protección y autonomía, por ejemplo, este tipo de apego podría ser de un niño maltratado por su padre, el cual recibe de la misma fuente (el padre), el cariño y el maltrato, los humanos no estamos preparados para abordar que una persona puede ser lo mejor y lo peor, por eso este apego carece de estructura.
Así pues, el amor es un constructo psicológico, comprendido como una experiencia afectiva, la cual está conformada por variables muy concretas, que tal y como apunta Stenberg, son: la pasión, la intimidad y el compromiso. Como resultado, según se combinen estas tres variables, pueden dar lugar a los siguientes estilos de relación afectiva distintos:
Contraste de las características del apego y del amor
Como hemos visto anteriormente, el apego lo posee todo ser humano, es por esto que este vínculo se ve influido por dos grandes factores, en primer lugar, la genética propia de mamíferos, y en segundo lugar, lo aprendido por parte de la experiencia que nos proporciona el ambiente.
Entendamos el apego como una conectividad “wifi cerebral”, la cual se lleva a cabo desde la mirada, no es la única vía, pero es la más potente. Para poder entonces conectar con otra persona, primero han tenido que conectar con nosotros, ya que el apego reside en la parte subcortical del cerebro (parte emocional). Un ejemplo claro es el caso de los orfanatos, en los cuales morían niños y niñas privados de cariño, a pesar de tener todas las necesidades fisiológicas satisfechas.
Por otra parte, el amor también es un vínculo, pero la diferencia es que este nos puede llegar a hacer actuar de manera irracional.
Este constructo psicológico también está formado por factores internos, pero no siempre se puede apreciar externamente. Esto es debido a que una persona que siente amor, o enamoramiento, libera dopamina, serotonina y oxitocina, activándose a su vez regiones del cerebro vinculadas con la motivación y recompensa, como lo es el hipocampo y el córtex. En conjunto, esto nos produce una sensación placentera, lo que nos ayuda a vincularnos de forma directa con la persona por la que se nos ha producido este sentimiento.
En consecuencia, esta sobreestimulación de la parte emocional del cerebro (subcortical), hace que no se active de la misma manera la parte racional de este (cortical), predominando entonces la emoción frente a la razón en numerosas ocasiones.
Cómo cultivar el amor saludable y reducir el apego dañino
El apego se vuelve dañino cuando creamos dependencia hacia otras personas, mermando nuestra autonomía y creando estados de ansiedad que van aumentando cuando se nos escapan cosas de las relaciones de pareja o de amistad de nuestro control, de la misma manera que es perjudicial ocultar qué es aquello que necesitamos del otro, así como intentar tapar aquello que realmente sentimos.
En consecuencia, construir un apego seguro se basa en mostrarnos atentos y disponibles, tanto para nosotros mismos como para el otro, habitándonos a construir una autonomía desde una protección asegurada. Es importante tener en cuenta que hay aspectos que se escapan de nuestro alcance, y que no todas las personas van a proporcionarnos esa base segura que estamos necesitando.
Por otro lado, cultivar un amor saludable parte de un apego seguro, pero teniendo en cuenta las fases del enamoramiento y siendo capaces de pasar del amor al compromiso una vez la parte emocional del cerebro rebaje esa elevada actividad de la que hablábamos. También es necesario la aceptación del otro y no un enfoque del amor en vistas al cambio, siempre y cuando nuestras necesidades desde un apego seguro se vean cubiertas.